No me negarás que en algunas ocasiones has estado en un restaurante y te ha sorprendido la calidad, no sólo del emplatado de diseño, sino de la calidad de los alimentos de los platos. Cuando un ingrediente te resulta fresco, de gran textura, no tiene por que ser caro, más bien se debe a cómo está conservado, desde el mercado al plato. En definitiva, la clave principal es la calidad de los ingredientes. Por eso, la verdadera cocina comienza
en nuestro frigorífico y en cómo se conservan en él nuestros alimentos.